Entre el 20 y el 24 de Diciembre en el H. Sur, y entre el 20 y el 24 de Junio en el Norte, festejamos el Solsticio de Verano. La época de los frutos abundantes, el calor intenso, el día más largo y la noche más corta. El elemento Fuego se muestra en su máxima expresión. En el altar se ven todos los colores del arcoiris, con predominio del amarillo y el dorado. El lugar está adornado con flores y frutos de la estación. La Diosa y el Dios del verano se regocijan en la abundancia de la vida.
Luego de cerrar el círculo, se puede realizar la danza de los 5 elementos comenzando por el Aire y siguiendo el mismo orden de apertura del portal. Para cada danza se elegirá una música acorde. Los movimientos del elemento aire serán sutiles, en puntas de pie, con los brazos extendidos como alas y podrán intensificarse semejando un tornado, para volver a aquietarse… cada uno deje volar su imaginación a través del cuerpo. Con el elemento fuego los movimientos serán más potentes, bruscos, vibrantes. Con el agua, nos moveremos ondulantemente realizando movimientos de cadera como en la danza del vientre, y con la Tierra usaremos mucho los pies, zapateando o taconeando. En el quinto elemento nos echaremos en el suelo y entraremos en el silencio; de a poco, nos iremos levantando haciendo giros como un remolino, imaginando el movimiento de la energía en un agujero negro hasta terminar emergiendo con los brazos levantados y los pies bien enraizados. En el caldero central haremos una fogata. Y mirando el fuego meditaremos en la luz y el calor que reinan en este día, sabiendo que a partir de ese momento la tierra vuelve a alejarse del sol llevándonos lentamente hacia el otoño. En toda vida hay muerte: solsticio de verano; en toda muerte hay vida: solsticio de invierno.
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